El oro es utilizado por el hombre desde hace miles de años de diversas maneras: como elemento ornamental por su belleza, como moneda de intercambio o resguardo de patrimonio, además de servir como medidor de la economía o riqueza de diversos países (los cuales utilizan el oro para medir sus reservas económicas internacionales).
Generalmente, al hablar de oro las personas piensan en un color amarillo intenso, sin embargo, existen otros colores y presentaciones: el oro rosa, oro azul, oro rojo, oro negro y oro blanco. El oro blanco es una aleación del oro con otro metal de color blanco, que generalmente puede ser el níquel, paladio, zinc, cobre, plata o rodio de alto brillo. En el presente artículo conoceremos las principales características del oro blanco.
El oro blanco no se encuentra en la naturaleza como tal, pues se trata de una invención del hombre buscando sustituir otro metal precioso: el platino. Esta sustitución se debe a dos factores principales: primero el alto costo del platino (superior al del oro) y en segundo lugar su dureza, pues el platino es poco maleable y dúctil, en comparación con el oro, lo que hace más costosas las piezas elaboradas con este material.
Para que el oro blanco tenga dicho color especial, es necesario mezclar oro amarillo con otros metales, como se mencionó anteriormente, estos metales pueden ser níquel, paladio, zinc, cobre, plata o rodio de alto brillo. Dependiendo del tipo de metal con el que se mezcle, le dará al producto final algún características que lo diferencien de otras aleaciones, por ejemplo, una aleación con níquel es muy resistente y dura, por lo que es ideal para la fabricación de anillos y dijes, mientras que la aleación de oro y paladio es más maleable y blanda, lo cual es ideal para sujetar piedras preciosas.
El oro blanco es más duro y consistente que el oro amarillo, ya que las aleaciones le permiten tener una mayor consistencia y resistencia, sin embargo, es menos duro que el platino y más liviano que el oro amarillo. Es importante destacar que el oro amarillo no tiene demasiada consistencia, por lo cual se tiende a mezclarlo con otros metales, de acuerdo a su nivel de pureza tendrá un valor asignado: 24k (100% de pureza pero muy blando para ciertas formas), 22k (91%), 18k (75%), 14k (58%) y 12k (50%). Si la mezcla es con platino, níquel o paladio, el oro toma un color muy blanquecino, pero si la mezcla es con plata o cobre, mantiene el color característico del oro, pero con menor o mayor intensidad según el grado de pureza.
El oro blanco realmente no es de color blanco, sino que tiene una tonalidad plateada, por lo que es común que se confunda con la plata. En la mayoría de los casos, al oro blanco se le da un acabado final con rodio, para obtener un mayor brillo en la pieza o producto final.
La característica más notoria del oro blanco es su gran brillo, el cual tiende a ser superior al de la plata gracias a la composición de metales que tiene y a los acabados finales que le da el rodio (buscando aumentar el brillo de la pieza), el brillo tiende a mantenerse por más tiempo, pese a que es más fácil que el producto final se raye por las combinaciones de metales, es importante destacar que el oro blanco es muy resistente a la corrosión, por lo tanto, no se oxida.
¿Qué opinas sobre este tema? ¿Qué otra característica del oro blanco podrías mencionar?
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Imagen de hiephoang vía Pixabay.com bajo licencia creative commons.
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