Si tienes oro en casa, ya sean joyas, monedas o lingotes y has descubierto que tienen marcas por el paso del tiempo, es posible que quieras mantenerlas en buen estado. En esta época, en la que debido a la cuarentena no podemos acceder a especialistas que restauren el oro de forma profesional y que nos aventuramos a resolver las cuestiones domésticas por nuestra propia mano, te acercamos algunos consejos para que tus piezas de oro se mantengan en excelente estado.
También será una buena práctica limpiar las joyas de oro si se estás pensando en venderlas. Hay servicios de recogida de oro en casa disponibles durante el tiempo que duren las medidas de aislamiento. Si tenemos la intención de vender oro, será conveniente que esté en buen estado.
Es importante tener en cuenta que según el tipo de oro, los métodos de limpieza que debes emplear son diferentes para obtener la mayor efectividad, dado que según la aleación que se haya empleado en la pieza determina su modo de deteriorarse. Dentro de la variedad de piezas de oro, existen tres tipos que son los más utilizados, y obtienen su tono dependiendo de con que otro metal se haya fundido el oro. Nos referimos al oro amarillo, el oro blanco y el oro rosa. Hay que tener en cuenta que al mezclarse con metales no nobles se oxidan con más frecuencia y son propensos a la corrosión y salinización, lo que provoca cambios de color, intensidad y brillo.
El oro es un metal demasiado blando para joyería, por eso debe fundirse con otros metales y así lograr la consistencia necesaria para que las piezas no se deformen y partan con demasiada facilidad. Si bien existen diferentes grados de pureza, habitualmente las joyas son de 18k o 750 milésimas, es decir que el 75% de la pieza es de oro puro y el resto se compone de cobre y plata fina.
Te recomendamos que este tipo de piezas las limpies con agua y jabón blanco, también puedes usar jabón líquido de manos o el detergente de cocina.
El oro blanco consiste en una combinación de oro amarillo con otros metales, como el níquel, el platino, la plata o el paladio, que resulta en una aleación de mayor dureza y blancura. Sin embargo, aun mezclándose con estos metales, el oro conserva cierto tono amarillento, por lo que se le cubre con una fina capa de rodio para conseguir una pieza de oro blanco con su brillo metálico característico. Si bien podemos limpiarlas, para recuperar su brillo original el único modo será llevarlo a la joyería para que vuelvan a darle una capa de rodio.
Si bien puedes limpiar cualquier tipo de oro con bicarbonato, es especialmente eficaz cuando la aleación del oro ha sido con plata.
Otro método reconocido para la limpieza de los metales en general es el que incluye vinagre. Los pasos son los siguientes:
El oro rosa se obtiene de añadir más cobre que plata a la aleación, pero sin alterar la cantidad de oro puro según los quilates. Oro de 22K siempre tendrá un 91.7% de oro puro y de acuerdo a la tonalidad que se desee obtener la aleación quedará así:
Para limpiar el oro rosa puedes utilizar cualquier de los métodos anteriore descriptos que serán igualmente eficaces para que las piezas vuelvan a brillar. Otra opción es utilizar amoníaco diluído en agua y limpiar el oro con un paño humedecido con la mezcla.
En cualquier cosa, si tus joyas de oro o piezas están rayadas la mejor solución será llevarlas a la joyaría para que las pulan o restauren.
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