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La ciudad de Amberes, en el norte de Bélgica, está recuperando su pompa gracias al alivio de las restricciones que el país puso en marcha por el coronavirus y que durante dos meses prácticamente pararon los negocios en el centro de comercio de diamantes más grande del mundo.

El regreso de algunos de los brokers, talladores y mensajeros que normalmente atestan el altamente custodiado distrito del diamante, conocido como la Square Mile, se produce a la vez que dos de las mayores refinerías de oro reanudan sus operaciones después de que Suiza relajase sus medidas de cuarentena.

diamantes

Bélgica impuso las restricciones de emergencia el pasado 18 de marzo para frenar el avance del nuevo coronavirus, que se ha cobrado la vida de 8.016 personas en el país y ha contagiado a 50.509, llevando a punto muerto la actividad en la mayoría de los negocios.

Unas 600 sociedades mercantiles dentro de la Square Mile cerraron sus puertas y el 90% del negocio de corte de diamantes también cerró, llevando a la mayoría de los 500 talladores de la ciudad a pedir subsidios por desempleo, según planteó Melissa Smet, directora ejecutiva del Sindicato de la Industria del Diamante Belga.

Con las minas de diamantes a lo largo del mundo paralizadas y con la mayoría del transporte internacional en tierra, los envíos de diamantes a Amberes cayeron a la insignificante cifra de 26 al día. Esto es en comparación con una media previa a la crisis de 400-500 envíos diarios de diamantes en polvo, en bruto y pulidos que alcanzaban los 250 millones de dólares, según Karen Rentmeesters, portavoz del Centro Internacional de Diamantes de Amberes (AWDC).

Amberes es también el hogar del segundo puerto más grande de Europa, y los datos de la AWDC muestran que las importaciones de diamante pulido cayeron en un 73,5% en marzo, de 150.000 millones de dólares a 400 millones en comparación con el mismo período de 2019. Las exportaciones de diamantes en bruto se desplomaron en un 51,3%, a 449 millones de dólares frente a los 922 millones del año anterior.

Un desafío complejo

Se espera también que los precios cambien. “Hemos visto una caída significativa de los precios tanto para los diamantes pulidos como los brutos pero es una situación compleja”, explicó Rentmeesters.

Pero este no es el único desafío al que se enfrenta el comercio de diamantes con el regreso del negocio a Amberes esta semana. Preservar las medidas de distancia social que requieren asegurar un espacio de al menos 1,5 metros entre los trabajadores ya ha supuesto un desafío en los talleres de corte de la gema, donde las máquinas de tallado y pulido se colocan muy cerca.

Los talladores tienen contacto directo con la piedra y se pasan herramientas mientras procesan los diamantes, explicó Smet a Reuters.

Los pulidores de Amberes son especialistas en piedras de alta gama, como el segundo diamante en bruto más grande del mundo, propiedad de Louis Vuitton, pero la mayoría del trabajo se realiza en la India donde se pulen el 90% de los diamantes, según datos de la AWDC.

El gobierno indio ha extendido la cuarentena hasta el 17 de mayo y el país – que se enfrenta a un excedente de diamantes brutos y pulidos – está considerando prohibir las importaciones de diamantes en bruto por hasta tres meses, dijo Rentmeesters.

Sin embargo, la AWDC explicó que llegan buenas noticias desde Asia, donde el fenómeno de “compras de venganza” está volviendo a llevar a los clientes a las tiendas. Los resultados del líder mundial en lujo LVMH han sido alentadores, incluso cuando algunos mercados de joyas de diamante – incluido el de Estados Unidos – están siendo golpeados.

Para el histórico negocio de diamante de Amberes, que prospera a través de ferias comerciales y viajes, la cuarentena también les ha obligado a la transformación digital: desde llevar a cabo la primera feria online de la Square Mile hasta realizar mejoras en seguimiento y transparencia.

“Estamos buscando formas de abrazar la tecnología digital, que definitivamente cambiará para siempre la manera en la que hacemos negocios”, afirmó Rentrmeesters.